A un año de su siembra…
En el Zulia
Ana Cristina Chávez/ Con una tertulia llena de anécdotas, música y risas, el pueblo zuliano le rindió un homenaje al periodista, escritor, locutor y poeta falconiano Vidal Chávez López, fallecido el 08 de septiembre de 2008 en tierras marabinas.
La Sala Audiovisual del Centro de Arte de Maracaibo Lía Bermúdez fue el escenario escogido para recordar al popular “Chino” Vidal, ganador del Premio Nacional de Periodismo 2006 en la mención Opinión, y que por más de tres décadas ejerció la Comunicación Social en los estados Falcón y Zulia.
Amigos escritores como Blas Perozo Naveda, César Chirinos, Pedro Bracho, Morelis Gonzalo, fueron algunos de los que se reunieron para leer textos de Vidal y rendirle un tributo, en el que la risa fue la protagonista.
De raíces paraguaneras, Vidal Chávez nació en el seno de la familia formada por el Capitán Francisco “Chico” Chávez y Barbarita López, y quien junto a sus siete hermanos, creció en la “Casa del Viento” ubicada en la Calle Páez de Punto Fijo.
En la década de los 70 se traslada a la ciudad de Maracaibo para ingresar a la Escuela de Periodismo de la Universidad del Zulia, desempeñándose como redactor responsable de la Hoja Experimental, órgano informativo de esa institución; a partir de allí se inicia la exitosa carrera de Vidal Chávez, ocupando cargos en los diarios Avance de Falcón, La Columna, El Nacional de Occidente, el periódico Vecinal NORTE (como fundador y director), además de fungir como columnista en La Verdad y PANORAMA. Perteneció a los grupos literarios Guillo y El Taller de Telémaco, en los cuales tuvo una destacada participación.
De amplia experiencia en el campo de la comunicación corporativa, trabajó en la Cervecería Modelo C.A., de empresas Polar, y como asesor de INAPESCA. En el 2004 se convierte en profesor fundador de la Universidad Bolivariana de Venezuela en el estado Zulia y dirigía el Programa Nacional de Formación en Comunicación Social.
En la radio destacó con programas de opinión y humor como Aquí Estamos y Aquí Seguimos, la Ruta del Bacalao y La Quinta Pata del Gato, transmitidos por 850 A.M. Fe y Alegría y Carbozulia Estéreo 89.3 FM
Vidal Chávez fue autor de los libros de cuentos “Cuando la Lengua Ahoga a los Ahorcados” (1977) y “Abracadabra Pata de Cabra” (1993); del poemario “Tirado en el Estallido de la Polvareda del Sol” (1987), de una compilación de artículos titulada “Así habla Monteskiú” (2008), y de otros tantos que dejó en proceso de escritura y publicación.
Su talento fue reconocido en varias oportunidades con premios municipales y regionales de Periodismo, así como de narrativa y poesía. De ideas progresistas y con un arraigado sentido de la ética, la honestidad, la responsabilidad y el compromiso, “El Chino” Vidal fue un revolucionario de la palabra, que fervientemente creía que un mundo mejor es posible, y así lo transmitió a su esposa e hijos -periodistas, al igual que él- y a todos aquellos que tuvieron la dicha de conocerlo. Por eso, la mejor manera de recordarlo es disfrutando de algunos de sus textos:
OLVIDO
Ese miércoles se levantó más temprano que nunca. Como la bombilla de la habitación estaba quemada, se movió a tientas entre las penumbras del cuarto e inició una tenaz búsqueda.
La buscó en la mesita de noche, en el escaparate, en el maletín ejecutivo, por debajo de la cama. Escudriñó los bolsillos de la camisa, las faltriqueras del pantalón, la cartera, los zapatos y la papelera.
Registró todo el cuarto y no la encontró. Exhausto y abatido, se echó de nuevo en la cama a recordar dónde había dejado la cabeza la noche anterior.
DIFUNTO GALLINA
Mi madre tenía cuarenta gallinas africanas que se alimentaban de carne de tigre.
Un día mi hermano mayor se volvió loco y comenzó a rugir como un tigre de bengala. Cien hombres, fuertes como un roble, encerraron a mi hermano en una jaula de tigres. Al caer la noche, las gallinas entraron a la jaula y se comieron a mi hermano.
Mi madre, para vengar la muerte de mi hermano, agarró la escopeta de mi padre y mató a las cuarenta gallinas africanas. Les puso la ropa de mi hermano y las metió en una urna de siete metros de largo por tres de ancho.
Todo el pueblo asistió al entierro de mi hermano, mejor dicho al entierro de las cuarenta gallinas africanas. Desde entonces, la gente del pueblo me conoce como el hermano del difunto gallina.
EN ANCAS
El agua fría bañaba
el cuerpo cristalino de Edelmira
y yo acariciaba
la lana candorosa de su pubis.
Sentía como le iban creciendo
los senos como pájaros
por debajo de la espuma
del jabón Salvavidas
y montado en sus muslos
de color de vino
galopaba la vida
en una sola borrachera.
JUEGO
Como otras veces, mañana le cortaré la cabeza a mi mujer. Luego haré lo mismo con el caballo, el perro, el gato y el loro. Después, a cada uno, le sacaré los ojos y los usaré para jugar carambolas con mis amigos en el billar de la esquina.
CABALLO INDÓMITO
Venimos corriendo y corriendo
por una larga pista de siglos y de obstáculos.
León Felipe
Tengo en las crines semillas de luz.
La brisa mañanera
acaricia mi pelambre
de caballo indómito
que soy como Venezuela.
Escalo los rayos del sol
la tranquilidad cósmica
de la luna
me paro en dos patas
riente relincho de briosa alegría
y galopo como un pueblo
rumoroso por las plazas.
Tengo las crines mojadas de inviernos de amor.
Con el corazón ansioso
los labios sedientos
como fuego que arde
le estampo un beso
a la tierra armada de palabras.
Tengo las crines como sueños al viento.
Sin desearme un feliz día
mis cascos de raza voladora
escalan nubes destiladas
aplastan abrojos pavorosos
piedra a piedra abren caminos
de consteladas esperanzas.
Tengo las crines heridas de antiguas batallas.
Como el nuevo caballo
del Escudo Nacional
corro desbocado
indetenible
altivo y fiero
por los campos inconmensurables
las verdes raíces de Venezuela
sin mirar para atrás
sin torcer el cuello
porque atrás espantan.
En el Zulia
Ana Cristina Chávez/ Con una tertulia llena de anécdotas, música y risas, el pueblo zuliano le rindió un homenaje al periodista, escritor, locutor y poeta falconiano Vidal Chávez López, fallecido el 08 de septiembre de 2008 en tierras marabinas.
La Sala Audiovisual del Centro de Arte de Maracaibo Lía Bermúdez fue el escenario escogido para recordar al popular “Chino” Vidal, ganador del Premio Nacional de Periodismo 2006 en la mención Opinión, y que por más de tres décadas ejerció la Comunicación Social en los estados Falcón y Zulia.
Amigos escritores como Blas Perozo Naveda, César Chirinos, Pedro Bracho, Morelis Gonzalo, fueron algunos de los que se reunieron para leer textos de Vidal y rendirle un tributo, en el que la risa fue la protagonista.
De raíces paraguaneras, Vidal Chávez nació en el seno de la familia formada por el Capitán Francisco “Chico” Chávez y Barbarita López, y quien junto a sus siete hermanos, creció en la “Casa del Viento” ubicada en la Calle Páez de Punto Fijo.
En la década de los 70 se traslada a la ciudad de Maracaibo para ingresar a la Escuela de Periodismo de la Universidad del Zulia, desempeñándose como redactor responsable de la Hoja Experimental, órgano informativo de esa institución; a partir de allí se inicia la exitosa carrera de Vidal Chávez, ocupando cargos en los diarios Avance de Falcón, La Columna, El Nacional de Occidente, el periódico Vecinal NORTE (como fundador y director), además de fungir como columnista en La Verdad y PANORAMA. Perteneció a los grupos literarios Guillo y El Taller de Telémaco, en los cuales tuvo una destacada participación.
De amplia experiencia en el campo de la comunicación corporativa, trabajó en la Cervecería Modelo C.A., de empresas Polar, y como asesor de INAPESCA. En el 2004 se convierte en profesor fundador de la Universidad Bolivariana de Venezuela en el estado Zulia y dirigía el Programa Nacional de Formación en Comunicación Social.
En la radio destacó con programas de opinión y humor como Aquí Estamos y Aquí Seguimos, la Ruta del Bacalao y La Quinta Pata del Gato, transmitidos por 850 A.M. Fe y Alegría y Carbozulia Estéreo 89.3 FM
Vidal Chávez fue autor de los libros de cuentos “Cuando la Lengua Ahoga a los Ahorcados” (1977) y “Abracadabra Pata de Cabra” (1993); del poemario “Tirado en el Estallido de la Polvareda del Sol” (1987), de una compilación de artículos titulada “Así habla Monteskiú” (2008), y de otros tantos que dejó en proceso de escritura y publicación.
Su talento fue reconocido en varias oportunidades con premios municipales y regionales de Periodismo, así como de narrativa y poesía. De ideas progresistas y con un arraigado sentido de la ética, la honestidad, la responsabilidad y el compromiso, “El Chino” Vidal fue un revolucionario de la palabra, que fervientemente creía que un mundo mejor es posible, y así lo transmitió a su esposa e hijos -periodistas, al igual que él- y a todos aquellos que tuvieron la dicha de conocerlo. Por eso, la mejor manera de recordarlo es disfrutando de algunos de sus textos:
OLVIDO
Ese miércoles se levantó más temprano que nunca. Como la bombilla de la habitación estaba quemada, se movió a tientas entre las penumbras del cuarto e inició una tenaz búsqueda.
La buscó en la mesita de noche, en el escaparate, en el maletín ejecutivo, por debajo de la cama. Escudriñó los bolsillos de la camisa, las faltriqueras del pantalón, la cartera, los zapatos y la papelera.
Registró todo el cuarto y no la encontró. Exhausto y abatido, se echó de nuevo en la cama a recordar dónde había dejado la cabeza la noche anterior.
DIFUNTO GALLINA
Mi madre tenía cuarenta gallinas africanas que se alimentaban de carne de tigre.
Un día mi hermano mayor se volvió loco y comenzó a rugir como un tigre de bengala. Cien hombres, fuertes como un roble, encerraron a mi hermano en una jaula de tigres. Al caer la noche, las gallinas entraron a la jaula y se comieron a mi hermano.
Mi madre, para vengar la muerte de mi hermano, agarró la escopeta de mi padre y mató a las cuarenta gallinas africanas. Les puso la ropa de mi hermano y las metió en una urna de siete metros de largo por tres de ancho.
Todo el pueblo asistió al entierro de mi hermano, mejor dicho al entierro de las cuarenta gallinas africanas. Desde entonces, la gente del pueblo me conoce como el hermano del difunto gallina.
EN ANCAS
El agua fría bañaba
el cuerpo cristalino de Edelmira
y yo acariciaba
la lana candorosa de su pubis.
Sentía como le iban creciendo
los senos como pájaros
por debajo de la espuma
del jabón Salvavidas
y montado en sus muslos
de color de vino
galopaba la vida
en una sola borrachera.
JUEGO
Como otras veces, mañana le cortaré la cabeza a mi mujer. Luego haré lo mismo con el caballo, el perro, el gato y el loro. Después, a cada uno, le sacaré los ojos y los usaré para jugar carambolas con mis amigos en el billar de la esquina.
CABALLO INDÓMITO
Venimos corriendo y corriendo
por una larga pista de siglos y de obstáculos.
León Felipe
Tengo en las crines semillas de luz.
La brisa mañanera
acaricia mi pelambre
de caballo indómito
que soy como Venezuela.
Escalo los rayos del sol
la tranquilidad cósmica
de la luna
me paro en dos patas
riente relincho de briosa alegría
y galopo como un pueblo
rumoroso por las plazas.
Tengo las crines mojadas de inviernos de amor.
Con el corazón ansioso
los labios sedientos
como fuego que arde
le estampo un beso
a la tierra armada de palabras.
Tengo las crines como sueños al viento.
Sin desearme un feliz día
mis cascos de raza voladora
escalan nubes destiladas
aplastan abrojos pavorosos
piedra a piedra abren caminos
de consteladas esperanzas.
Tengo las crines heridas de antiguas batallas.
Como el nuevo caballo
del Escudo Nacional
corro desbocado
indetenible
altivo y fiero
por los campos inconmensurables
las verdes raíces de Venezuela
sin mirar para atrás
sin torcer el cuello
porque atrás espantan.
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