El pueblo venezolano, el 11,12 y 13 de Abril de 2002, inéditamente, vivió la pasión, muerte y resurrección que El Cristo Histórico experimentó hace , aproximadamente , 2 011 años.
Antes de aquella fecha el pueblo venezolano comenzó a ser visto como sospechoso, señalado, subversivo, criticado, enjuiciado y condenado a muerte.
Fue un plan subversivo, perfectamente diseñado, desde afuera y desde adentro, en contra del Líder de la Revolución y de sus inmediatos colaboradores, tildándolos de violentos, opositores a un orden establecido , rechazándoles la decisión de volver al pasado bolivariano, de tomar opción por el pueblo pobre, hambriento, ignorante, sin trabajo y sin futuro.
El 11 de Abril, fecha, fríamente calculada, se aprovechó la ocasión para engañar al pueblo, abusar de la bondad de su máximo líder, pisotear las leyes, violar la Constitución, secuestrar al Presidente y desatar el más despiadado fascismo en contra de la ciudadanía que reclamaba el por qué de tanta mentira de los Medios de Comunicación Privados; por qué tan cruel ensañamiento por parte de la policía y de los franco-tiradores que, desde las alturas asesinaban, cobardemente a las personas que, desesperadas, deambulaban presurosas por las calles de la ciudad de Caracas.
Fue un 12 de Abril donde, también, hubo allanamientos ilegales, encarcelamientos, , un libreto de acusaciones, de ofensas, de burlas, de torturas y de amenazas, llevadas a los límites de la impotencia y del final . Fue un día de muerte de la República, por la persecución a sus gobernantes. por la violación al orden constitucional y del máximo irrespeto a los poderes del Estado.
Pero, cuando parecía que todo estaba perdido, donde solo reinaba el miedo, el terror y la muerte, vino un nuevo día, salió el sol, se escuchó la marcha triunfal del Pueblo que se acercaba con su grito de rebeldía, , de rabia y de triunfo, reclamando a su Presidente que, por disposición de la Providencia se salvaba de una bendición demoníaca que le quería impartir un clérigo medieval y de una orden de fusilamiento de un mercader usurpador, como última clausula de un plan macabro, diseñado desde el exterior y a consumarse en el momento oportuno a través de una jauría de civiles, militares y eclesiásticos traidores y vendidos.
Fue, pues, una Patria que, como la que el Padre Bolívar soñó y vislumbró a través de los siglos, despertó, como dijo Neruda; resucitó de entre los muertos de la Historia, parodiando a nuestro padre cantor; para seguir siendo la esperanza de libertad, de justicia social y de trascendencia en la dignidad humana y en la paz. Y, dentro de este torbellino de alegría y de lágrimas, el Pueblo emocionado cantaba : ¡Volvió, Volvió, Volvió!
Gilberto Giraldo V.
Miembro de ECUVIVES
Comentarios